Con los óvulos propios de una mujer, en parejas en las que la edad de la mujer sea inferior a 37 años y en las que no se detecte un factor masculino relevante, los procedimientos de baja complejidad como la
Inseminación Artificial obtienen tasas de embarazo acumuladas, realizando 3-4 ciclos, cercanas al 33-40%.
En los casos más complejos, la
Fecundación in Vitro (FIV), con sus distintas modalidades, puede lograr que hasta un 85% de las parejas alcancen el deseado embarazo.
El porcentaje de éxitos de la FIV está también en íntima relación con la edad de la mujer. Cuanto más joven sea, mayor porcentaje de éxito. Y cuando ya no es posible con los óvulos propios, afortunadamente, con
óvulos donados conseguimos un 55-60% de embarazos por transferencia embrionaria y más de un 90% de tasa de embarazo acumulado llevando a cabo 3 ciclos.
Finalmente, si la dinámica social no cambia, ya es posible
vitrificar ovocitos (congelación ultra rápida de los óvulos) en edades jóvenes de la mujer, que pueden ser utilizados por ella misma años después, cuando sus condiciones personales o profesionales le permitan intentar acceder a la maternidad.