Existe un incremento edad-dependiente de fallos en los mecanismos moleculares durante la meiosis del ovocito que conduce a una mayor frecuencia de alteraciones cromosómicas y a una peor calidad ovocitaria, lo que unido a la reducción cuantitativa en el número de folículos ováricos, determina la progresiva reducción de la fertilidad femenina que corre paralela al incremento de edad.
La
fertilidad natural femenina es óptima hasta los 31 años. A los 35 años la posibilidad de que una mujer logre un embarazo espontáneo es aproximadamente la mitad que la de una mujer de 20 años.
A partir de los 40 años la reserva ovárica de una mujer ya está sensiblemente disminuida.
Una gran mayoría de las mujeres que aparecen en los medios de comunicación mostrando su embarazo bien entrada la cuarentena, lo han logrado gracias a óvulos donados provenientes de mujeres mucho más jóvenes…
¿Influye también la edad del varón para conseguir el embarzo?
Con respecto a los varones, el axioma que da por sentado que los hombres carecen de reloj biológico y que, a diferencia de las mujeres, pueden engendrar un hijo a cualquier edad, es sólo una verdad a medias. Cada vez se pone más en duda esta presunción en base a estudios que sugieren que el
envejecimiento masculino se asocia, por ejemplo, a una mayor fragmentación del ADN espermático y a un incremento en la frecuencia de meiosis alteradas.