La técnica de Microinyección Espermática está especialmente indicada en las parejas con un diagnóstico de factor masculino.
La elección de una
FIV convencional o una
ICSI se realiza en función del diagnóstico específico obtenido tras el estudio de la pareja.
Las principales indicaciones de la técnica de ICSI son:
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Parejas en las que el varón presenta un bajo número de espermatozoides, movilidad disminuida o morfología anormal de los mismos (oligo-asteno-teratozoospermia).
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Parejas con fallo total de fecundación en el ciclo anterior con Fecundación in vitro convencional.
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Parejas en las que la mujer ha presentado una baja respuesta y/o mala calidad ovocitaria.
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Parejas en las que es necesario realizar un Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP).
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Varones con muestras de semen criopreservadas con anterioridad a un tratamiento de quimioterapia o radioterapia. En estos casos se dispone de una cantidad limitada de espermatozoides y con la técnica de ICSI se optimiza su uso, evitando descongelar la muestra completa en un sólo ciclo.
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Varones en los que existe algún problema para obtener una eyaculación en condiciones normales, como sucede en la eyaculación retrógrada.
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Varones en los que los espermatozoides se obtienen directamente mediante una biopsia testicular, por ejemplo porque tengan realizada una vasectomía previa o porque presenten una azoospermia obstructiva.
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Varones portadores de alguna enfermedad infecciosa como VIH, o Hepatitis B o C.
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Varones que viven fuera de nuestro país o con una vida profesional escasamente programable, que han congelado una muestra de su semen, y que no pueden aportar una muestra el día determinado en que se va a finalizar un procedimiento de reproducción asistida.